domingo, 19 de junio de 2011

Personas sin hogar

Las personas sin hogar son aquellas personas que viven en las calles de las ciudades, debido a una ruptura de sus relaciones familiares, sociales o laborales. Nos referimos a personas que además de haber perdido un espacio donde vivir, se encuentran sin relaciones afectivas y sin recursos.

Existe una variedad de términos referidos a este colectivo:

Indigentes, son aquellos que no tienen ningún tipo de recurso. Como dato estadístico, decir que viven una media de 8 sucesos traumáticos que alteran completamente su vida anterior. Muchos indigentes dicen que a dicha situación les ha llevado la marea de la vida, “la corriente dolorosa y húmeda que les arrastra casi sin darse cuenta, de la sociedad de consumo, que construimos entre todos”

Vagabundos: son aquella persona que carece de un lugar permanente para residir y se ve obligada a vivir a la intemperie, La mayoría pertenece en un entorno limitado, determinado por sus actividades diarias y la localización de los recursos naturales.

Mendigos: se dio un dato muy sorprendente durante la clase, ya que Solo entre el 10 y el 15 % de las personas sin hogar viven de la mendicidad, y todos tenemos prefijos como vagabundo=mendicidad, y podemos ver que no es así, que no todo se generalizable, que como ya hemos visto dentro de un colectivo hay diversa heterogeneidad y esto es un ejemplo de ello.

“Sin techos”, como ya hemos dicho anteriormente, la causa que desencadena formar parte de este colectivo son las rupturas de las relaciones familiares, sociales y laborales.

Como en todos los colectivos ya explicados durante el cuatrimestre, existen unas características específicas del tema que nos trata, hombre de edad avanzada, soltero, con problemas de alcoholismo, de origen social desfavorecido y bajo nivel formativo y educativo. Aunque, actualmente existen nuevos perfiles, hombres adultos separados o divorciados, hombres jóvenes con problemas familiares, hombres y mujeres tanto jóvenes como adulto drogadictos o ex drogadicto, mujeres jóvenes o adultas que han sufrido malos tratos, separaciones o divorcios, personal con un mayor nivel educativo y cultural, enfermos mentales, inmigrantes.

Según el criterio de temporalidad, nos podemos encontrar con la siguiente clasificación:

- Incipiente: durante menos de seis meses. Presenta escasez de recursos y esporádicamente utiliza servicios de acogida.
- Habitual: permanece en la calle durante más de seis meses. Mayor utilidad de recursos y dificultad para salir de su situación.
- Crónico: son muchísimos años los que lleva viviendo en la calle. No utiliza recursos y se plantea como imposible el salir de la situación en la que se encuentra.

Por otro lado, mis compañeras que explicaron este tema, realizaron una dinámica de la jerga, en la que se observa la gran exclusión que padecen las personas sin hogar. Se pudieron ver claramente dos factores, la coexistencia de diferentes factores de desadaptación social pueden llevar a la exclusión social de la persona y el no saber
cuántas situaciones traumáticas deben de confluir para que la persona llegue a una situación límite.

El deterioro de los lazos familiares, laborales y sociales, pueden acarrear un estado de crisis que da lugar a que las personas lleguen a ser vagabundos. Los factores de riesgos, que pueden llegar a que la persona se encuentren en las situaciones ya descritas, es encontrarse ante un suceso traumático más la falta de apoyo afectivo, esto puede haber sido desencadenado por malos tratos, muerte familiar, separación o divorcio, desempleo, desahucio… Ello puede acarrear a numerosas problemática, destacar la ausencia de vivienda, empleo, ingresos económicos, baja autoestima, enfermedades mentales, adicciones, escasez de recursos y dificultades en su acceso, robos, agresiones y además son víctimas de números prejuicios de la sociedad.

En el video visto en clase, se puede observar como la ilusión de un vagabundo es tener una habitación para poder dormir, ya que no le gusta dormir en la calle. Lidia, por ejemplo, no tiene familia y explica como las asistentas sociales te posibilitan la asistencia a albergues pero que en éstos son echadas a los pocos días y vuelven a vivir en la indigencia. Cuenta, que el momento más difícil es cuando llega la noche ya que durante el día existen comedores, lugares para asearse, pero cuando acontece la noche solo queda estar en la calle.

Marisa Vazquez, la responsable de la asociación Solidarios de Sevilla, explica que se acercan para acompañar y dar algo de comida y bebida a las personas sin hogar, ya que por el día se pueden sentir alrededor de personas pero cuando oscurecen se sienten muy solos y este grupo de voluntarios salen a la calle a dialogar y dar apoyo a este colectivo. Estos hechos que se llevan a cabo en la ciudad sevillana, también ocurren en Cádiz, que como ya he explicado en las entradas del mes de diciembre que las dediqué a las personas sin hogar, que el grupo de voluntarios calor en la noche de Cádiz, tienen el objetivo de salir todos los viernes por la noche con un termo de café y otro de caldo para ofrecer una bebida caliente a las personas que duermen en la calle y ofrecerle cariño y compañía. Interesante sería que vierais mis entradas del mes de diciembre, en la que hablo de Antonio un indigente gaditano y de una noticia que se titula “morir en la calle”

Por otro lado, destacar que para este colectivo existen diversos recursos que explicaré a continuación. Los más destacados son los albergues y los comedores sociales:

Albergues: servicios destinados a procurar, con carácter temporal, la prestación de alojamiento. Constituyen un instrumento para desarrollar intervenciones de normalización de la convivencia, actuando como apoyo en los procesos de incorporación social.

La finalidad de los Albergues para Personas Sin Techo es dar alojamiento y manutención a las personas en situación de emergencia social, tendiendo, en la medida de lo posible, a la incorporación socio-laboral de estas personas.

Comedores sociales: ofrecen un servicio dependiente de los Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma o de los Ayuntamientos. Ofrecen desayunos, comida y cena diarios a personas que no tienen recursos o que sus recursos son limitados.

Además, existen unidades móviles de información y atención específica en la calle, y pisos tutelados de reinserción sociolaboral.

Generalmente, llegan al centro o la asociación y en primer lugar tienen una cita con la trabajadora social en la que se realiza un diagnóstico y una valoración social. Más tarde, se establecen objetivos individualizados de trabajo interdisciplinar, si se llevan a cabo correctamente se dará lugar al alta terapéutica y en el caso de que no se derivará a otro servicio.

Respecto al área educativa, destacar a los educadores de proceso y ocupacionales.

Los educadores de proceso, realizaran un seguimiento individualizado de los usuarios, seguimiento de talleres y vida diaria en el centro y evolución de la consecución de los objetivos interdisciplinares.

Los educadores ocupacionales, trabajan en grupo y el cambio del grupo, realizan un seguimiento de los servicios. Además, deberán de ocuparse e incidir en el área grupal, cognitiva, emocional, física y en los fines de semana.

Bajo mi punto de vista, es muy importante no solo atender a las necesidades y deficiencias del colectivo, sino también sensibilizar a la sociedad ante esta problemática. Existen varias ideologías que provienen del renacimiento. En esta época se pensaba que la enfermedad era un castigo que tenía connotaciones negativas, lo que salvaba al hombre es su trabajo y el que no trabaja de alguna manera se merece su situación, esta mentalidad individualista del renacimiento llega hasta nuestro días, muchas personas piensan que las personas sin hogar son artífices de su propia vida y que la sociedad tiene poco que hacer, en mi opinión, debimos de olvidar esta mentalidad ya que los desencadenantes de que una persona se encuentre sin un techo y viviendo en la calle, son diversos y no solo debemos de achacar la culpa al individuo pues los entornos y los sucesos influyen en la vida de cada persona.

Para concluir decir, que las personas sin hogar solo son una pequeña porción de la exclusión social y en ella todos debemos intervenir para generar un espíritu de cambio, compromiso e igualdad de oportunidades. En definitiva, hace falta el compromiso y la sensibilización de la ciudadanía para realizar el cambio.

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