domingo, 21 de noviembre de 2010

Desaprender lo aprendido

En clase, he escuchado muchas veces la frase “desaprender lo aprendido”. Una frase que genera algo de controversia en mí. Así que me he puesto a investigar, y he reflexionado sobre ello.

En la vida, se ven muchos ejemplos de aprendizaje inadecuado. Se ve en las calles, especialmente en aquellos jóvenes que quebrantan la ley, los jóvenes delincuentes. Para evitar este tipo de situaciones, como dijo el psiquiatra escocés Ronald Laing, es necesario que primero se “desaprenda” lo que se ha aprendido y que se aprenda lo que no se ha aprendido. Aplicando esta frase a los jóvenes de este tipo, es necesario que olviden lo que implica la delincuencia y que sean capaz de aprender a llevar el camino adecuado en la sociedad, como un ciudadano o ciudadana normal y corriente.

Esta aplicación se ve en países como Argentina, en los cuales se emplea este espíritu a la hora de tratar a los delincuentes juveniles. Ellos ven allí el delito de un adolescente como un marcador que avisa que ese joven necesita reeducación, para así apartarlo del camino erróneo y encaminarlo hacia una vida normal. En los primeros delitos, el adolescente no es enclaustrado dentro de un centro para que reflexione sobre sus acciones, sino que es insertado en un programa de reeducación en el que se le permite reconducirse sólo haciéndole ver las consecuencias del daño causado.

Éste sistema no se basa, como podemos ver, en el castigo a las acciones delictivas, se basa en la responsabilidad social que tienen los habitantes de hacer de su sociedad una en la que impere el orden y la conciencia común. Ésta es la principal idea que posee el sistema, para quien desee más información, la tiene disponible aquí:
http://www.mdzol.com/mdz/nota/88371-Imputabilidad-y-responsabilidad-penal-de-menores/

Concluyendo, vemos que la idea del “desaprender” para aprender lo no aprendido tiene su aplicación más allá de la pura teoría, y con resultados aceptables. Quizá sea la hora de plantearse esta idea en otros campos de la acción social, pues no por mucho castigar se consigue reconducir al ser humano, es más eficaz hacer ver a las personas lo erróneo de su comportamiento y darles la oportunidad de reencontrarse con el camino correcto.

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